sábado, 27 de septiembre de 2008

La muerte del viejo

El viejo dijo: “Siento algo como la muerte”
Su cabeza se inclinó y le dijo:
“Soy tu cabeza que te duelo”
“No. Es la muerte
que ha llegado”

Su pie se acalambró y le dijo:
“Soy tu pie, el que camina,
no la muerte,
soy yo el que ha venido”
“No. Es la muerte
que me saluda”

Su mano se levantó
abrió su palma y le dijo:
“Soy yo tu mano,
la que se agita
yo te invito,
no la muerte”
“No, es la muerte,
ya sabe quién soy”

Sus ojos pestañearon y le dijeron:
“Somos nosotros,
los que te observamos
ya te conocíamos de antes”
“No, es la muerte.
estoy seguro”

El cuerpo del viejo
agotado por su terquedad
sin más argumentos que dar
dejó de insistir.

2 comentarios:

capitán pezuña dijo...

"...dejó de insistir".

Toda la diferencia es sobre quien insiste y quien deja de insistir, vaya uno a saber quién es quién.

Me gustó antes y me sigue gustando ahora: podríamos decir que insisto en mi gusto por este texto.

Natalia dijo...

planeo reactivar el blog, gracias por tu apoyo de hace 5 años