miércoles, 29 de abril de 2009

Los finales

De repente, el fin te encuentra a ti.
De repente, ese pucho fue el último.
De repente, despiertas.
Sin tratar, con ese trazo acabaste
y, ese otro fue el punto final, no aparte.
Sin saber, se terminó.
A veces, y sin que nadie se lo espere,
pasan carros y camiones y caimanes.

lunes, 27 de abril de 2009

Urge

Necesitamos algo poético
algo poético
que calme la sordera
que limpie esta impureza

que exista,
para que nosotros podamos también

que salga del fondo del mar
del fondo del alma
de la oscura profundidad
que solo nuestro par de ojos puede ver
que solo estas manos pueden tantear
algo poético
que venga como una ola
como un náufrago llega a tierra firme
necesita aparecer
como una venganza al silencio
como el comienzo de la vida
que se entregue al tiempo
y que siga su corriente.

Algo nacido
de esta madre sin instinto
madre de todo lo que nace
madre universal
que nos ofrece
cuando nacemos
así tanto
como el verdugo
cuando morimos

Algo poético que sane
y que tenga
sólo una madre que de vida
que de a luz
y que alumbre para siempre
con una idea
idea en sí
que no sepa de su creación
no habrá entonces
filicidio alguno
porque no sabremos de su desaparición.

La historia del desierto original II

Sí, vuelan sobre mi cabeza,
vuelan en círculos
sobre mi sola cabeza
vuelan como si hubiera muerto
vuelan porque he muerto,
una torre aérea
que circula sobre mi cabeza
sola y medio muerta

Sola se hace carroña
en un desierto
se hace sin ideas
se hace sola
me voy quedando calva
porque la arena quema
se va despellejando
porque el sol la abrasa

Un huracán lento
gira sobre ella
en él vuelan negros
los emplumados vigilantes
de mi muerte
lentos, poco a poco
y en silencio

Esta historia de verdad
tiene que ser contada
la de la torre que conecta la tierra y el cielo
vuela sobre mi cabeza
que se mece inerte sobre la arena
el viento caliente la seca
y ésta sola se sacude
como queriendo enterrarse
y encontrarse con las miles de almas
bajo la tierra

En la disputa
entre arriba y abajo
allá y al costado
apareció una de las miles
caminando sin quemarse
como un jesús sobre el agua
salida de un sol que alumbrara subterráneo
como una virgen inmaculada,
como si fuera eso,
se acercaba a mí
y sólo vino a hacerme compañía

La historia del desierto original I

Desterrada, camino perdida
por un desierto sin tierra sin viento y sin agua
sin cielo
sin caras
sin mí

Un desierto verdadero
como esta historia
de su caminante perdida
que no tiene boca
que no tiene pies y no los necesita
que aquí no hay suelo
ni amor ni consuelo

Acechada por los pájaros negros
que se repiten una
y otra vez en el cielo
que forman
una torre enrollada
de viento envuelta
un viento que no mueve nada
ni las cosas que están
ni las que no están
porque aquí no hay nada

Es un desierto sin corazón y sin pulmón
no respira y no expira
no te tiene y no te detiene
la historia del desierto original
del más vacío
un auténtico desierto
donde lo que quita es quitado
y lo que da no es dado
camina sin pies
un alma perdida
sin estar
que aquí no es querida

sábado, 25 de abril de 2009

Clase de mate

¿Dónde estás calculadora?
¿Dónde estás cuando te necesito?
Sé que nunca te necesité
jamás, pero hoy te necesité
y te perdiste
ofendida desapareciste
no tienes nombre
ni apellido
no tienes importancia
nunca la tuviste
pero hoy te necesité
y ¿por qué me hubieras ayudado?

Me ves ahora
escribiendo sin sentido
porque no te hallé
y no tengo otro remedio
que lamentar tu ausencia
con estas palabras que suplen tu presencia

Calculadora, ¿dónde estás?
regresa que aquí sin ti
no soy nada
y mis palabras son obsoletas
aquí tú eres la reina
cual verdad absoluta
tú en este mundo
al revés del mío gobiernas
donde las letras
no forman palabras
y no existe la casualidad
ni la cualidad
si no la cantidad
no existen las preguntas
sin respuesta
no existen las palabras
que no significan nada y significan todo
que significan yo y aquél
no existe este lápiz
ni este poema
existes tú y no estás
y yo me pierdo
esperando encontrarte

viernes, 24 de abril de 2009

Tarde

Salí con apuro
salí con la hora
pero sin reloj
salí corriendo
salí con hambre
pero sin dinero

Las manecillas
del reloj gigante de la conciencia
me golpeaban la cabeza
me metían cabe

Salí aunque ya era tarde
pero la pena podía valer todavía
salí calculando los segundos
según la posición del sol
salí sogándole al taxista que presione aquel botón
ese que hace que le salgan alas al motor

Salí con un despertador viejo y malogrado
colgado del cuello
salí con la improbabilidad de mi lado
con una puerta cerrada
por cerebro
y un no rotundo detrás de ella
y yo que salí
al otro lado
del lado de los que salieron
y no llegaron

lunes, 20 de abril de 2009

El blog fantasma

Me hice el blog y no se lo dije a nadie, todavía no lo hago. Un día entré y noté que había tenido 21 visitas y me emocioné. Aunque solo había puesto dos o tres poemitas, pensé en esas 21 personas desconocidas que habían leído mis poemas. Cómo eran, de qué países, en qué contexto se cruzaron con mi todavía ignoto blog. Ninguna dejó un comentario, así que pensé que lo más probable era que no habían causado gran impacto, ni para bien ni para mal. Luego se me ocurrió que tal vez cada una de estas personas pudo haber estado en una situación complicada que no les permitió comentar, su perro se meó en la alfombra, llegó el esposo maníaco controlador que no le gustan esas cosas tecnológicas nuevas, se acabó el tiempo en la cabina de Internet, etc. Las posibilidades eran infinitas y extraordinarias, y en mi cabeza, iban desde dramas hollywoodenses, hasta profecías que se cumplían justo antes de que el lector haya podido presionar “enter”… bueno, la verdad es que todo lo que me imaginé salía de esas películas porque nada tan emocionante sucede en la vida real, así que caí de nuevo en la conclusión de que eran mis poemas los que no tuvieron efectos trascendentales. Luego comencé a pensar en cómo sería cuando anunciara el blog a mis amigos y estos a los suyos, ¿recibiría respuesta alguna? Pero, lo cierto es que esas personas no me intrigaban tanto como ese 21 que apareció inesperado. Me di cuanta de que estas cosas tecnológicas nuevas no te conectan tanto después de todo, 21 personas habían leído mis poemas sin permiso y no dejaron ninguna señal de gusto o disgusto. Eran como fantasmas sin opinión. Después de algunas semanas de seguir imaginando la vida de esas personas y su reacción nula a mi blog, entré a la página para ver si ese misterioso 21 había aumentado. Para mi sorpresa vi que sí había aumentado: en 1. Ahora eran 22. Entonces me di cuenta de la verdad. Para confirmarla, refresqué la página y el numerito cambió a 23. Había sido yo misma mi propio fantasma sin opinión. Aunque cabía todavía la posibilidad de que algún porcentaje de ese número sí hayan sido anónimos con vidas al estilo Hollywood, el misterio dejó de tener valor y me di cuenta de que era hora de anunciar mi blog y que por lo menos mis fantasmas sin opinión sean de verdad.

viernes, 10 de abril de 2009

me sorprendió con una sonrisa cansada pero enorme

la luna está en mi cara
ilumina todos los parpados
una estrella la espera a los lejos
canica enorme sobre mi cabeza
que me quita el sueño
me los roba como si fueran suyos
enorme y redonda
reina de la redundancia
reina a la distancia

invisible pero no perdida
te mira pero no te conoce
hermosa pero manchada
cubierta por un manto de nubes
nubes que no saben
qué es lo que un mortal moribundo observa
lejano observa y la hace suya
tan suya que no es de nadie
tan suya que la pinta de sus propios colores
tan suya que lo adormece
y lo arruya para que duerma tanquilo
tan suya que se hace él de ella
tan suya que se vuelve amarilla

déjala caer
que cae y cae
sin ceder ante la incorrompible gravedad
cae eternamente en espiral
cae a nuestro al rededor
cae pero nunca choca
ni con el piso ni con ningún alma
esas desvanecidas que solo la esperan
la ven caer sin saber
que nunca llegará
y que alumbrará hasta que se acaben
encima de sus cabezas
observándolos arruyándolos
como una madre enorme y ausente
una que se esonde
detrás de un edificio de sueños
de una vereda de verdades

sigue ahí y nosotros caminamos
bajo su brillante presencia